Sí, pensé que no llegaría nunca, porque depende del día, pero ha llegado: la entrada filosófica Hoy he estado pensando y me he dicho ¿por qué no escribirlo en el blog, que para algo está?.
Hoy he visto parte de una maratón, cuando volvía a casa. Nunca había visto una tan de cerca, y me ha gustado ver cómo la gente se apiñaba en las esquinas de las calles o simplemente se acercaba para aplaudir y dar gritos de ánimo a cada persona que iba pasando por ahí y que no conocían de nada.
Eso me ha hecho pensar, porque normalmente la gente no mueve un dedo por quien no conoce. Aunque creo que en mi vida haré una maratón (vaaale, "nunca digas nunca"), si la hiciera me gustaría que la gente me aplaudiese y me animase a llegar, simplemente porque me lo hubiera propuesto, porque seguro que más de uno sin los ánimos no habría llegado.
Este verano me dio por pensar que la vida era como una maratón.
Sabes qué persona va a abandonar (y lo sabes nada más ver su cara), de otra te sorprende muchísimo que se rinda, y te sorprendes igual o más cuando ves que aquél, que iba con cara de no poder más y de estar muriéndose, se ha jurado que llegaría, y efectivamente, llega.
Como en toda maratón, no puedes o no tiene sentido volver atrás. Los amigos de verdad que se rinden te dirán "tú sigue, y llega". Y por un momento pensarás que no tiene sentido seguir la marcha sin ellos, que será más aburrido, pero una tenue vocecita interior te dice "no te pares". Puede que hasta decidas seguir sólo porque te lo han pedido.
Si tienes suerte, encontrarás un atajo, una bifurcación o un camino que parece más largo pero que es el único que sabes seguro que te llevará a donde quieres.
Como en toda maratón, siempre hay un momento crítico en el que dices
" **`^"+·/&****%(!!! NO PUEDO CON MI ALMA!".
Pero recuerda que te has prometido al principio del camino que por tus narices que llegarías y que aguantarías lo que viniese, y piensa en la alegría que sentirás al decir "por fin, he llegado" y que esa satisfacción hará que sonrías hasta que puedas descansar. Y que los tuyos se alegrarán de verte llegar.
Al cabo de unos días, ese recuerdo no te parecerá horrible, no solo verás sangre, sudor y lágrimas, sino que pensarás que por muy mal que lo pudiste pasar, la meta merecía la pena.
Esta entrada se la dedico a una amiga que entenderá la foto, porque ella está viviendo una mini-maratón personal, y si la viese por la calle yendo a por todas, como las personas de hoy, también tendría ganas de arrimarme a la acera y aplaudirle.
me ha encantado *_*
ResponderEliminaresto de los blogs, me gustaría pero escribo fatal.
Gracias, el email tu entrada, me han animado.
Así que ahora toca seguir corriendo :)
JTM!